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Palabras del Embajador Wei Qiang en el Cóctel Co- Ofrecida por la Presidencia de la República de Panamá y la Embajada de la República Popular China en Panamá con Motivo del II Aniversario de las Relaciones Diplomáticas entre Ambos Países
Hotel Sheraton Panamá, 13-06-2019
2019-06-18 05:44

       S. E. Juan Carlos Varela, Presidente de la República de Panamá;

       S. E. Isabel de Saint Malo de Alvarado, Vicepresidenta y Canciller de la República de Panamáy y su señor esposo don Omar Alvarado;

       S. E. Alejandro Ferrer, Ministro de Relaciones Exteriores designado de la República de Panamá;

       Distinguidas autoridades, dignatarios y autoridades designadas de la Administración entrante del Estado panameño;

       Queridas y queridos colegas del Cuerpo Diplomático;

       Líderes de la comunidad china y altos ejecutivos corporativos chinos en Panamá;

       Invitadas e invitados especiales;

       Amigas y amigos de los medios de comunicación;

       Damas y caballeros, amigos todos:

       Saludos cálidos a todos ustedes y gracias a todos ustedes por su generosa concurrencia al acto de esta noche, en celebración del II aniversario de las relaciones diplomáticas entre la República Popular China y la República de Panamá.

       El 13 de junio de 2017, hora Beijing, el mundo amaneció o anocheció, dependiendo de qué hemisferio estemos hablando, recibiendo la noticia del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Popular China y la República de Panamá. Un acontecimiento que significó otro endoso contundente al consenso internacional en torno al principio de una sola China y abrió los horizontes de una era enteramente nueva para la vinculación entre la nación china, conocida como el gigante asiático y la panameña, conocida como el país ístmico, bi-oceánico y puente del mundo.

       Este paso histórico, dado conjuntamente por los dos primeros mandatarios de China y Panamá, el Presidente Xi Jinping y el Presidente Juan Carlos Varela, se granjeó de inmediato genuinos sentimientos y expresiones de pleno respaldo y apoyo de parte de los más amplios sectores sociales de los dos países por muchas razones pero por encima de todas hay que señalar, de modo contundente, la razón de la justicia y la honestidad, es decir, que fue una decisión tomada sobre la base de los principios y desde elevadas cotas morales, una decisión tomada porque, como le he oído decir en reiteradas ocasiones a S. E. el Sr. Presidente Juan Carlos Varela, fue lo correcto que hacer y había que hacerlo, sin ningún otro pre-condicionamiento que los mismos intereses fundamentales del país y del pueblo.

       Los dos años transcurridos a partir de aquel 13 de junio no han hecho más que probar la correspondencia de dicha decisión con los intereses fundamentales y a largo plazo de ambos países y pueblos, correspondencia que da firme cimiento a profunda confianza recíproca y a una agenda bilateral amplia, robusta, mutuamente provechosa y tan fructífera en sólo dos escasos años que mejor me guarde de enumerar los frutos para no alargar esta intervención.

       Sr. Presidente, gracias a su valerosa, justa y correcta decisión el años 2017 me fue un año de gran dicha al darme este maravilloso empleo, al convertirme en el primer jefe de misión chino en la República de Panamá, aunque, la verdad sea dicha, hasta que llegué a Panamá en dicha condición en mi fuero interno no había experimentado gran dicha sino más bien gran susto, frente a semejante responsabilidad.

       Sensación de dicha o de susto entonces, o mezcla de las dos, al cabo de dos años lo que siento, lo que sentimos yo y todos y cada uno de mis colaboradores de la embajada china en Panamá, en lo más hondo de nuestro corazón, sólo es la enorme satisfacción de haber sido testigo del rápido y fuerte crecimiento, a pesar de alguna que otra ventisca, del árbol de las relaciones chino-panameñas de amistad, respeto, confianza y cooperación ganar-ganar, regado y cuidado con gran esmero y voluntad por ambos mandatarios, cancilleres así como las diversas autoridades y amplios sectores sociales de ambas partes. En tal sentido, no tengo cómo agradecerles al Sr. Presidente, al gobierno, a líderes gremiales y, en fin, al pueblo panameños toda la orientación, colaboración, asistencia y hospitalidad que nos han brindado generosamente a mi embajada y a mi persona, permitiéndonos llevar una vida panameña, tanto en el plano profesional como personal o familiar, mucho más fácil y placentera.

       Y a menudo pedagógica, como cuando oía la conferencia magistral de Don Juan David Morgan sobre Historia, Diplomacia y Desarrollo Cultural, el lunes recién pasado en el marco de la inauguración museística y documental del Palacio Bolívar.

       Don Juan David Morgan habló de la dificultad de un país como Panamá, privilegiado por su ubicación en el mapamundi y pequeño en superficie y en número de habitantes, posición geográfica que es, abro comillas, "a la vez, una bendición y una maldición: una bendición porque ella ha sido el motor de nuestro desarrollo socioeconómico desde que comenzamos a surgir como nación hace más de 500 años; y una maldición porque también desde entonces hemos sido presa de la ambición de las grandes potencias que nos miran como pieza clave para el desarrollo de sus ambiciones imperialistas," cierro comillas.

       Estas palabras de don Juan David Morgan resonaron mucho en mi mente, recordándome la experiencia similar de China en el sentido de haber sido, durante un periodo histórico tan largo como una centuria, de mediados del siglo XIX a mediados del XX, también presa de la ambición de grandes potencias imperialistas; y el altísimo grado en que dicha experiencia ha contribuido a generar lo que don Juan David Morgan llama en su disertación magistral "denominadores comunes y objetivos compartidos que facilitan el concierto de voluntades" entre los ciudadanos de una nación, en este caso de la nación china. Este concierto de voluntades entre los chinos, gobierno y pueblo, originados de esa experiencia histórica parecida a la sufrida por la nación panameña, se ha traducido, en los términos diplomáticos, en una coherente y constante política exterior china que tiene mucho en común con la panameña: una política exterior de independencia y paz, que invariable y resueltamente aboga por el consenso, el diálogo, la unión y comunicación, la conexión económica y humana, la búsqueda de terrenos comunes y armonía por encima de las diferencias, la comunidad de intereses y responsabilidades entre las naciones; y que rechaza la prepotencia, la confrontación, el atropello del grande contra el pequeño, el predominio o la imposición de los términos y condiciones del más poderoso al más débil…

       A la luz de esta política exterior, China en el pasado se solidarizó categórica y vigorosamente con Panamá en su lucha por recuperar la soberanía sobre el Canal; y hoy está dispuesta a seguir trabajando de la mano con el conjunto de la sociedad panameña, con el más estricto apego a los principios del respeto mutuo, igualdad y beneficio recíproco así como de transparencia, buena fe, legalidad e inclusividad, sin pretensiones geopolíticas contra los intereses de ninguna tercera o terceras partes, con miras a crecer juntos con Panamá hacia mayor nivel de prosperidad y bienestar para nuestros ciudadanos.

       Sr. Presidente, damas y caballeros:

       Tanto China como Panamá se identifican con lineamientos económicos aperturistas y están convencidos de la bondad de la conexión, como denomina el Sr. Presidente Juan Carlos Varela, tanto económica como humana. Sabemos que es por el camino o los puentes de la apertura de mercado y del multilateralismo, no por los muros del proteccionismo y unilateralismo, por donde ha de pasar la materialización de la vehemente aspiración de nuestros pueblos al desarrollo. China está decidida a abrirse cada día más al mundo y da la bienvenida a productos extranjeros a competir en el mercado chino. Al efecto China desde el año pasado ofrece al mundo entero la Expo Internacional de Importaciones de Shanghai, en cuya I edición en noviembre del año pasado Panamá tuvo una participación muy exitosa, llegando a firmar transacciones de productos marca país Panamá por más de 3 millones de dólares en apenas días, mostrando el buen potencial de la cooperación ganar-ganar entre los dos países. En noviembre próximo vendrá la II edición de la Expo Internacional de Importaciones y yo auguro que ello, con una participación aún más robusta y aún más exitosa, marca nuevos adelantos de nuestras relaciones.

       Así que damas y caballeros, yo, fiel a mi credo de "una imagen vale más que mil palabras", quiero terminar deseando buen futuro de las relaciones chino-panameñas no con más palabras sino mostrándoles una pequeña producción audiovisual de la Expo Internacional de Importaciones de Shanghai 2019.

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       Muchas gracias.

Para sus Amigos :   
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