Honorable Señora Lorena Castillo de Varela, Primera Dama de la República de Panamá;
Su Excelencia Sr. Jorge González, Ministro de la Presidencia de la República de Panamá;
Su Excelencia Sr. Francisco Artola, Viceministro de la Presidencia de Panamá;
Su Excelencia Sr. Eric Ulloa, Viceministro de Salud;
Su Excelencia María Luisa Navarro, Viceministra de Asuntos Multilaterales y de Cooperación de la Cancillería;
Honorable Sra. Selina Baños, Directora General de Cooperación Internacional de la Cancillería;
Honorable Sr. Hugo Cui Ziwen, Gerente de Proyectos de Sinopharm;
Autoridades del Aeropuerto Internacional Panamá Pacífico y de Senan;
Amigas y amigos de los medios de comunicación social;
Damas y caballeros:
Como hijo de médicos-padre epidemiólogo y madre ginecóloga-siempre me siento embargado de una emoción muy especial cada vez que me encuentro en o cerca de un lugar o rodeado de un ambiente vinculado con la medicina o la salud. Aún recuerdo cómo cuando niño me gustaba mucho ir a un hospital adscrito a la escuela de medicina donde mis padres eran profesores, con la ilusión de poder ser algún día como uno de aquellas doctoras y doctores o aquellas enfermeras y enfermeros, dotado como ellos de ese poder tan sublime de salvar vidas y aliviar dolor.
Pero la emoción de satisfacción e ilusión que me embarga en la mañana de hoy, en mi condición de embajador de la República Popular China en la República de Panamá, delante de unas súper modernas y sofisticadas unidades móviles de hospital, producto de un proyecto de cooperación non-reembolsable entre los dos países y de la esmerada atención y aliento de las dos Primeras Damas, resulta de una singular intensidad, no por melancolía de no haber sido madera de médico, sino por vivir con enorme alegría otro momento trascendente de la ya probada fructífera cooperación chino-panameña.
Cuando mi gobierno y el de Panamá, bajo el fuerte liderazgo de los dos mandatarios, el Presidente Xi Jinping y el Presidente Juan Carlos Varela, tomaron la histórica decisión de establecer relaciones diplomáticas en junio del 2017, se proponían, con esperanza y confianza, expandir una cooperación multifacética y multidimensional entre ambas naciones y, producto de la compartida visión de los dos presidentes, de poner en pleno juego las ventajas comparativas de una y la otra parte en aras de lograr resultados ganar-ganar, de desarrollo compartido y al servicio directo de nuestros ciudadanos, se entabló con rapidez una agenda bilateral amplia, robusta y mutuamente provechosa.
Cooperar en el sector del desarrollo social, promoviendo conjuntamente obras sociales de tanto impacto en la calidad de vida de la ciudadanía, especialmente de las personas menos privilegiadas, menos afortunadas en los términos del acceso a servicios sociales, como el sector de salud pública, forma parte importante de dicha agenda y, producto de los acuerdos alcanzados entre los dos gobiernos en el marco de la histórica visita de Estado del presidente Xi Jinping y su señora Peng Liyuan a Panamá en diciembre pasado y del esfuerzo mancomunado entre las autoridades y entidades pertinentes de ambas partes, se desplegaron con eficacia y esmero las tareas de producción, embarque e instalación de una importante partida de equipos médicos sofisticados, una parte consistente en máquinas de monitoreo médico, ya instalados en varios hospitales panameños-tuve, dicho sea de paso, el gran honor de entregarlas en el Hospital del Niño hace poco, junto con la Señora Directora de Cooperación Internacional de la Cancillería Selina Baños y las autoridades de dicho Hospital y representantes de la empresa productora de las mismas- y otra parte consistente en estas unidades de hospital móvil aquí presentes, dispuestas a acudir, Amor sobre las Ruedas, a donde más las necesiten, comandadas por el Despacho de la Primera Dama de la República de Panamá, en cumplimiento de una de las misiones más nobles del mundo: salvar vidas y aliviar dolor, causa con que soñó este médico frustrado durante largo tiempo de su infancia y que, no obstante, igual me da gran satisfacción al realizarse en esta forma de la diplomacia social.
Quiero, en nombre de mi gobierno, de mi embajada y del mío personal, darles las gracias más sinceras a todas las autoridades y personas de Panamá involucradas en el logro de estos proyectos de cooperación en materia de la salud pública, alzando otro símbolo del significado social, del beneficio directo a las personas comunes y corrientes, de las relaciones diplomáticas entre el Estado chino y el Estado panameño y, sobre todo, las más sentidas gracias a Doña Lorena Castillo de Varela y, a través de usted Doña Lorena, al Sr. Presidente Varela, por vuestra visión y consagración a una gran obra: la de promover la cooperación internacional, en este caso entre Panamá y China, para el bien de las personas, del pueblo. Agradezco también de corazón a la empresa china Sinopharm, por haber cumplido, a tiempo y con calidad, la concreción de todas las fases del proyecto que se le ha encomendado.
Damas y caballeros, amigos:
Proyectos como el que hoy estamos presenciando son muestras elocuentes de que las relaciones chino-panameñas están asentadas no sólo sobre fuertes intereses comunes y beneficios mutuos de índole económica y comercial, que sí son importantes pero que no lo representan todo en lo referente al porqué del establecimiento de nuestras relaciones diplomáticas. Están también asentadas sobre otra razón de mucho peso: nuestro ideal y credo compartidos de poner al pueblo, como señalan incansablemente nuestros dos mandatarios, y sus señoras esposas, en el centro de todas las tareas de gobernar y servir, concepto del cual el brindar, con amor sobre ruedas, una atención médica de calidad hasta los rincones normalmente difícilmente accesibles, forma parte imprescindible. Al respecto, China y Panamá deben y pueden colaborar, ahora y en el futuro.
Muchas gracias.